martes, octubre 31, 2006

El verdadero pago

A principios de septiembre recibí la llamada de una señora, la noté angustiada, me comento qué su hermana, qué estaba internada en una institución de seguridad social, al día siguiente qué era sábado, iba a ser dada de alta porqué no se podía diagnosticar su enfermedad, le conteste qué si no podía caminar, yo la visitaría en su domicilio el siguiente lunes, porqué ese fin de semana me tocaba la vista quincenal qué hago a Guadalupe Zacatecas, ahí atendemos a un grupo de personas, en una pequeña clínica, improvisada en la casa de Padre Concho, párroco de Los Sagrados Corazones, estupendo anfitrión y gran humanista, luego les platicare de él. Al siguiente lunes, me presente en el domicilio de la señora a quién qué voy a llamar Chata, la encontré postrada en una cama, sin poder hacer ningún movimiento, sus piernas delgaditas sin nada de músculo y sus brazos completamente desforzados, su abdomen era prominente, la tenían qué sentar para darle agua a beber y la recargaban en la cama para darle de comer y todo lo demás qué eso conlleva, si en la institución de donde la echaron, no habían podido diagnosticar su enfermedad, a mi me daba miedo el no poder hacer nada por ella, me comentaron qué su enfermedad había empezado, con debilidad en sus piernas, de repente se caía y se daba golpes muy fuertes, hasta qué perdió completamente la movilidad, yo conocía una bacteria qué afecta los Miembros inferiores y la empecé a tratar con eso y pidiéndole a dios qué me iluminara para poder ayudarla, a la semana de estarla viendo, llegó otra paciente a mi casa, llevaba los resultados de unos análisis, esos análisis me dieron la pauta para ayudar a la Sra. Chata, iban especificadas 8 bacterias, qué pensé pudieran estarla afectando, empecé a atacarlas, al poco tiempo empezamos a ver buenos resultados, ayer lunes 30 de Oct., me presente en su casa para aplicarle su terapia y la encontré caminando, empujando una silla de ruedas, qué antes utilizaban para moverla a ella. Es probable qué nunca vaya yo a saber cual era la enfermedad de la Sra. Chata, pero no es importante, lo importante, es qué dios me dio las armas para ayudarla.